martes, 16 de agosto de 2011

Pensamiento crítico.

En los tiempos que corren, estamos viendo cada vez más contrastadamente cómo la realidad que nos reflejan los medios, en el 90% de las veces, sino más, es una verdad a medias, o peor aun, una mentira hecha verdad.
Vivimos en un mundo totalmente orwelliano, eso sí, con un abanico de posibilidades muy amplio para que los "informados" elijamos lo que queremos oir. Es decir, somos consumidores de información, independientemente de que ésta sea veraz y rigurosa.
Como ejemplo bien claro, se me viene a la cabeza el "Caso Gürtel", arma arrojadiza del sector PSOE (digo PSOE y no socialistas), y el "Caso Faisán", el arma de los populares.

Es por ello que cada vez que veo la tele, o leo un periódico, sea cual sea su nombre, cojo la información con pinzas. Sobre todo en el ámbito de la actualidad internacional, ya que la actualidad nacional es más difícil de filtrar y hay ocasiones en que resulta escandaloso que un medio no se haga eco de determinado acontecimiento.

No podemos confiar en aquéllos medios de comunicación promovidos por esas grandes multinacionales, esos oligopolios de información que a su vez tienen múltiples intereses en innumerables empresas de toda índole. Porque la objetividad es cero.

Se habla mucho de la manipulación de los medios en las "dictaduras". Se nos ha inculcado en Occidente que todas las dictaduras utilizan los medios como propaganda de su régimen y pretenden así someter a la población.
Y digo yo: y en Europa y América, por mucho sistema democrático que tengamos, ¿no sirven estos medios también para lo mismo?
Cada vez que veo una noticia sobre lo malísimos que son Cuba, Venezuela, Bolivia, China, Libia o Corea del Norte, me pregunto qué información nos está llegando de estos sitios.
Voy a poner un ejemplo que os sonará: 15 segundos de imágenes de Cuba van a constar de Castro pronunciando una frase, seguramente sacada de contexto, y del casco de la ciudad de La Habana en estado ruinoso. Si es una imagen de Venezuela, veremos a Chávez descalificando a los americanos, pero nunca nos dirán por qué lo hace.
Si vemos una imagen de Bolivia, inmediatamente veremos a la población indígena pasándolo mal. ¿De China? Un camión llevándose a presos políticos a campos de concentración. De Libia veremos al extravagante Gaddafi, malo malísimo tirano, y a la población liberadora (mercenarios de la OTAN). Y de Corea del Norte pues lo previsible, a Kim Jong Ill pronunciando un discurso, a una formación militar desfilando y a sus partidarios como ovejas.

¿Qué podemos decir del "bando bueno", es decir, el nuestro? Nada, nosotros hemos conseguido matar a Bin Laden, pasándonos el Derecho Internacional Penal por el forro, y sin pruebas de haber acabado con él, hemos recortado derechos a las personas para engordar a la banca, financiamos macroeventos para visitas de líderes religiosos (y luego hablamos del Islam), hemos sofocado revueltas a hostias de policía (donde en unos países son liberadores del pueblo, aquí son antisistemas y vándalos), y un etcétera que tristemente sigue aconteciendo.

NOS HAN HECHO CREER QUE EL ENEMIGO ESTÁ FUERA.
NO OS CREÁIS NADA QUE NO VEÁIS CON VUESTROS PROPIOS OJOS.

Salud y República.