lunes, 24 de octubre de 2011

La victoria de los mercenarios


Por fin tomaron Libia. Los famosos "rebeldes" libios se han hecho con el poder en el país africano mientras en Europa se festeja en todas las televisiones la caída del gran dictador Gaddafi. Y todo para al final colocar a 4 integristas del Islam, que van a imponer la religión como norma fundamental del Estado.
Hay que joderse.

No se ha hablado de la cantidad de asesinatos por parte de la OTAN ni de los rebeldes cometidos contra la población partidaria de Gaddafi, que cogieron las armas a petición del Gobierno para defender el país de los mercenarios. Al final han triunfado los que más bombas tenían.
Se acabó ese estado de bienestar que durante tantos años este país había logrado gracias al petróleo, pues ahora éste va a ser saqueado por el Imperio.
En definitiva, la estrategia de Occidente ha sido quitarse de en medio a Gaddafi por cuestiones puramente relacionadas con los recursos petrolíferos, y para ello se han inventado unas revueltas provocadas por mercenarios.
A la reacción del Gobierno libio le plantó cara la OTAN, alegando violaciones de derechos humanos y demás patrañas.
Se lleva a cabo una reprochable injerencia imperialista en Libia, aberrante desde el punto de vista del Derecho Internacional, y se asesina a su jefe de Estado, ni más ni menos.
Y lo más increíble de todo: se coloca en el poder a una banda de terroristas islamistas, esos que tan enemigos de occidente son cuando vienen de Irak o Palestina, con el clarísimo fin de perpetuar una cruzada contra ellos.
¿Y el fin último? Una guerra larga, como la de Irak, para sostener la industria armamentística, financiada con los fondos de los pozos petrolíferos de Libia, que jamás volverán a redundar en el bienestar del pueblo.

Descanse en paz, Muammar.

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